viernes, 28 de diciembre de 2012

Capítulo 2.

Estaba haciendo las maletas, miré el reloj y eran casi las cinco de la tarde. No paraba de darle vueltas a la cabeza, ¿qué le diría a todo el mundo? No lo sé, ya se me ocurrirá alguna escusa. Aún no entiendo porque mi madre se queda aquí, creo que quiere demasiado a ese hombre despreciable que no merece que le llame papá, no debería aguantarlo, yo no lo haría. Acabé de hacer las maletas y fui a el cuarto de Cloe que estaba con mi madre haciendo sus maletas, las ayudé.
-Voy abajo a por una cosa.-dijo mi madre saliendo de la habitación.
-Maggie...-me dijo me hermana aún con los ojos hinchados.
-Dime enana.-dije mirándola con una dulce sonrisa, esa pequeñaja era la única razón por la que seguía allí, había pensado miles de veces huir pero nunca lo hice, no podía hacerle eso a mi hermana, ella no tiene la culpa de esta mierda por la que estamos pasando pero estoy segura de que en Bradford las cosas cambiaran.
-¿Por qué vamos a casa de la abuela?-me dijo inocente, la pobre no entendía nada.
-Pues porque como el abuelito esta en el cielo, iremos ha hacerle compañía para que no esté solita.-le mentí, no quería que supiera el verdadero motivo, es demasiado pequeña.
-Vale.-me dijo convencida, le encantaba ir a casa de mi abuela y a mi abuela que ella fuera, era una buena compañía para ella, hacía que se entretuviese y eso la hacía no pensar en los muchos problemas que tenía.
Le sonreí y volví a mi habitación.¿Cómo podía haberse creído lo que le dije? Supongo que no mentí mal, le dije lo primero que se me pasó por la cabeza, creo que al final las clases de interpretación a las que iba me servían de algo. Miré mi móvil, tenía un mensaje de Jane:
¿Vienes esta tarde a dar una vuelta con Nicole y conmigo?
No lo respondí, no sabía que decirle, lo cerré y bajé con mis maletas a la puerta de casa donde estaban mi madre y mi hermana esperándome para salir.
Nos subimos en el coche y nos dirigimos hacía Bradford.
Cuando llegamos ya eran casi las nueve y todo estaba tal y como lo recordaba, una fila de casas blancas de dos pisos, separadas por unos metros la una de la otra.
Mi madre aparcó justamente en la puerta de la casa de mi abuela, que estaba esperándonos hablando con una mujer morena. Bajamos y ella nos recibió con muchos besos y abrazos y nos presento a la mujer que estaba con ella.
-Hola, tu debes de ser Maggie, yo soy Trizia, la madre de Zayn, érais amigos cuando pequeños.-me dijo dándome dos besos.
-Hola, encantada.-le respondí.
¿Zayn?¿Quién era ese? No me acuerdo de él, que raro, suelo tener buena memoria para esas cosas, por lo visto el chaval ese vivía en la casa de al lado. Cloe no se había separado de mí en todo el tiempo, pero llegó una chica con su misma edad que era hija de Trizia, pronto se hicieron amigas y fueron a jugar.
Mi madre sacó las maletas del coche, se despidió de nosotras y se fue. Estaba metiendo las maletas en casa cuando llegó un chico gritándole a una chica.
-¡Dejame en paz Marta, no me sigas!-le dijo el chico a la chica muy enfadado.
-Pero Zayn que solo era una broma.-le respondió ella intentando calmar su enfado.
-Pues tus malditas bromas no hacen ninguna gracia.-al parecer la chica no lo consiguió.
El chico entró en la casa dando un portazo, dejando a la chica afuera, esta le gritó que era un cabezota y que no quería saber nada más de él y se fue.
Metí las maletas en la casa y me instalé en la que iba a ser mi habitación, era grande y bonita, pero yo ya la pondría un poco más a mi estilo. Miré por la ventana y lo único que se veía era la casa de al lado, la de la vecina amiga de mi abuela, se veía perfectamente una habitación, parecía de chico, entonces entró el chico de antes dando otro portazo y sentándose en la cama. ¿Sería ese el tal Zayn? Seguramente.
Me miró y yo mire hacia otro lado, disimulando lo más posible, él cerró la ventana y corrió la cortina, yo me dediqué a leer mi libro de Los Juegos Del Hambre y finalmente conseguí dormirme.

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